... Entre el caos de la ciudad...

Hola a todos.

Esta entrada no va a ser muy larga, ya que es para contar un par de cosas que me han sucedido recientemente.

La ciudad, puede ser un lugar bastante caótico a nivel energético. Siempre me lo pareció y aun me lo parece. Aunque el tema de esta entrada no es ese "caos" en si, si no los seres que se ocultan tras él.

El otro día, decidimos ir a nuestro restaurante chino/japonés de confianza. Se encuentra un poco lejos del lugar donde vivimos así que hay que tomar algún transporte. Obviamente, tomamos el transporte público. Como siempre (y en parde debido por la hora) ese autobús a medida que iba avanzando, se iba llenando más y más, hasta que no cabía un alfiler.
Más allá del agobio que me da y seguramente a más de uno le de y comprenda la sensación, en un momento dado empecé a sentir algo extraño.

Sentía que algo no estaba bien. Que alguien... me miraba.
Pero no me miraba a mi, es decir, mi ropa, mi bolso, mi cara... estaba mirandome como ser energético que soy. Estaba mirando mi espíritu.
Al principio creí que eran cosas mías pero sintiendo que la sensación no desaparecia, comencé a buscar quién causaba esa sensación en mi.
Mis ojos, tras recorrer todo el bus, se detuvieron en el fondo del mismo, sobre una chica joven, delgada, de pelo cobrizo y gafas de sol puestas. Se veía seria. Su cabeza apuntaba hacia mi pero no podía comprobar si era quien me miraba debido a las gafas de sol.
No necesité comprobación ya que de repente sentí que 'algo' estaba intentando robarme. No, no el móvil ni el bolso... mi energía.

Automáticamente y de modo instintivo, levanté una defensa energética activa que pareció ser efectiva. Sin embargo, el intento de robo continuaba (sin éxitos por parte del ladrón).
Empezaba a sentirme muy molesta con esa actitud hacia mi, así que comencé a enviar mensajes mentales del tipo "más te vale parar si no quieres arrepentirte".
Mi intención si el intento de robo no se detenía, era 'intoxicar' parte de la energía que intentaban robarme y dejar que la robara... si, bueno, tal vez una medida algo extrema pero estaba bastante irritada.

Esto no fue necesario.
De repente el autobús se detuvo en una de sus parads y sentí que el ataque cesaba.
Cusiosamente, la chica del fondo con gafas de sol se levantó de su asiento y bajó del mismo.
En parte, me impresionó: ¿Era realmente ella? ¿Fue casualidad que sintiera que todo cesaba y ella se bajase? ¿Por qué mi mirada se posó en ella al buscar la fuente del ataque?

Todo un misterio...

Ayer sin ir más lejos, ocurrió otra cosa extraña y a la vez parecida a esta que acabo de relatar.
Paseaba por la calle con mi madre y de repente, vimos una tienda nueva.
Dicha tienda es una tienda de magia, santería, tarot y demás artes esotéricas. Decidimos entrar para curiosear un poco.

Nada más poner un pié dentro, sentí que mi ser energético, mi verdadero yo quedaba totalmente expuesto y hasta 'indefenso'.
Pude sentir que de modo automático se creaba a mi alrededor una barrera o escudo de protección y me sentí segura, más no cómoda.

La señora de la tienda se encontraba al fondo de la misma atendiendo a un chico. Me dio la sensación de que estaba echándole las cartas.
Mi madre hizo un par de preguntas a la señora y nos enseñó algunos productos, más no compramos nada.

Cuando salimos, todo volvió a la normalidad y respiré aliviada. El escudo se había disuelto.
Al llegar a casa, claramente mi madre no se encontraba bien. Me confesó que al entrar a la tienda sintió como un bajón, como si se hubiese descargado energéticamente. Ya en casa, se sentía mareada y mal en general.
Esa conversación me confirmo que en ese lugar, había algo extraño a lo que yo reaccioné instintivamente. No se si fue la señora, el chico que nos miraba desde el fondo (que no me gustaba nada), la tienda en si, algún sello del lugar o parásitos energéticos que pululaban por allí.
Pero sin duda, había algo que drenaba energía. No pudo extraérmela a mi, pero sí a mi madre que se encontraba expuesta.

Sí, la ciudad puede ser caótica... y entre ese caos se esconden seres que se aprovechan del mismo para conseguir sus fines, desde una simple alimentación hasta... quien sabe qué...

Más no hay que emparanoiarse.